Consejos para que el implemente el programa
“Acercando las familias a la escuela”
1. Como primer paso, es importante que el material sea conocido y revisado por todo el equipo directivo (cuyo rol es clave para viabilizar la implementación del programa).
- Debe guiar y promover activamente el trabajo con las familias.
- Debe ofrecer recursos materiales y humanos para la tarea.
- Debe hacer un seguimiento a la instalación de innovaciones en el trabajo con los apoderados y activar el trabajo con los CEPAS.
2. El equipo directivo define la mejor forma de implementar el programa. Una de las modalidades de implementación, que implica el liderazgo del área de orientación, podría ser la planificación conjunta con los profesores jefes de las reuniones de apoderados, sus tiempos, contenidos a desarrollar y las metodologías que serán utilizadas.
3. El equipo directivo realiza la reunión de aplicación del Instrumento de Autoevaluación. De acuerdo a su resultado, define las mejores formas de proyectar el trabajo con las familias de la escuela.
4. El equipo directivo prepara y ejecuta una reunión de trabajo con los profesores jefes en la cual se comparten los resultados de la autoevaluación aplicada en la escuela, se les presenta el programa y la forma de implementarlo.
5. Cada profesor(a) jefe revisa el material y lo utiliza como herramienta de trabajo para implementar sus reuniones de apoderados. En relación al trabajo a desarrollar con los apoderados, el manual ofrece a los docentes temas específicos y una metodología para guiar reuniones de apoderados, la cual los profesores pueden adaptar de manera flexible a sus condiciones materiales y contextuales de trabajo. Su rol en las reuniones será guiar al grupo, conduciendo y facilitando el trabajo del curso y entendiendo que se trabaja con adultos que requieren de información experta respecto a sus hijos y las problemáticas o etapas que atraviesan.
6. Un ejercicio que puede colaborar para una mejor implementación es el reunirse con los profesores jefes no sólo a planificar las reuniones de apoderados, sino también a compartir los resultados de estas reuniones, sus dificultades, avances y desafíos. Sin apoyo explícito y concreto de los equipos directivos, la experiencia ha demostrado que el trabajo con las familias no se sostiene y se diluye con el tiempo. Sin ese apoyo, puede surgir como una iniciativa valorada por la escuela, pero pierde foco ante lo contingente y las múltiples demandas que el mundo educativo genera a diario.
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